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¿Quiste en el ovario? Resolvemos tus dudas al respecto

No te alarmes, generalmente estos quistes suelen ser benignos

  • 15-Enero-2020 10:39
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Si estás leyendo este artículo es posible que te hayan dado el diagnóstico más frecuente de las consultas ginecológicas: la presencia de quistes en el ovario. Puede que esta palabra suene muy fuerte pero no te alarmes, generalmente suelen ser benignos y no deben ser motivo de preocupación. 

En algunas ocasiones, los ovarios pueden presentar algunos bultitos llamados quistes. Estos son bolsas de tejido llenas de líquido que aparecen al menos una vez en la vida de todas las mujeres y, en la mayoría de los casos, pasan desapercibidos al no causar dolor ni síntomas.

Precisamente por eso, se suelen encontrar por "casualidad" en algún examen rutinario o alguna revisión, gracias a pruebas tan comunes como una ecografía o un ultrasonido. Sufrir dolor pélvico, una menstruación dolorosa o un dolor repentino en las relaciones sexuales pueden ser algunas señales de la presencia de quistes y, por tanto, un buen recordatorio de acudir al médico para resolver cualquier duda y conocer toda la información necesaria.

Una vez has sido diagnosticada con quistes ováricos, no entres en pánico, es importante evaluar cuál es su origen (de endometrio, funcional, inflamatorio, neoplásico benigno, maligno) y después controlar su comportamiento para escoger la mejor opción para abordarlo y evitar lesiones.

¿Cuáles son los síntomas de un ovario poliquístico?

Aunque no es usual que esta masa de tejido provoque síntomas, su crecimiento y expansión podrían provocar algunas molestias o evidencias como:

  • Distensión o inflamación abdominal
  • Relaciones sexuales dolorosas
  • Sensibilidad en las mamas
  • Dolor en la parte baja de la espalda o muslos
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor pélvico antes o durante el ciclo
  • Dolor al defecar

La presencia de estos síntomas no quiere decir que tengas quistes, ya que suelen ser comunes a muchas dolencias y enfermedades tan usuales como los quistes. Eso sí, en el caso de sentir un dolor pélvico agudo, pinchazos en el abdomen, fiebre, mareos o respiración acelerada, acude al médico cuanto antes, ya que pueden indicar la existencia de un quiste roto o de torsión en el ovario.

¿Cómo afectan los distintos tipos de quistes ováricos?

Los quistes de ovarios se pueden clasificar en diferentes tipos, aunque los más comunes son los funcionales, que se forman durante la ovulación. Partiendo de esta base, encontramos el quiste folicular, el quiste de cuerpo lúteo, el quiste endometriósico y el dermoide.

- Quiste folicular. Cada ciclo menstrual se forma a causa de los cambios hormonales que estimulan el crecimiento de un folículo ovárico, es decir, un pequeño quiste que contiene el óvulo. En la ovulación, a mitad del ciclo menstrual, este folículo se fragmenta y libera el óvulo, pero, si en este proceso el folículo no se rompe, sigue acumulando líquido en su interior. Este tipo de quiste, que puede alcanzar un tamaño de 2,5cm de diámetro, es mucho más frecuente en mujeres jóvenes.

- Quiste del cuerpo lúteo. Cuando en el proceso de la ovulación el folículo ovárico se rompe y libera el óvulo, encontramos el cuerpo lúteo, cuya función es la de producir progesterona y estrógeno para preparar al útero para la posible gestación. Si el óvulo no es fecundado, el cuerpo lúteo no se desarrolla y desparece a los poco días.

- Quiste endometriósico. También conocido como quiste de chocolate, por su contenido oscuro y sanguinolento, este quiste benigno puede llegar a extenderse por todo el abdomen y causar problemas mayores. Son uno de los signos más frecuentes de la endometriosis, una enfermedad en la que el tejido endometrial aparece fuera de la cavidad uterina, provocando una inflamación crónica.

- Quiste dermoide. Este quiste, que suele presentarse en mujeres jóvenes, se puede encontrar en otros tejidos como el pelo, piel, grasa y huesos. Es el bulto benigno más común en mujeres entre los 20 y los 40 años.

¿Puede ser cáncer?

Después de toda esta información general, resolvemos la cuestión más común cuando nos dan el diagnóstico, ¿es cáncer?

Aunque en su mayoría los quistes sean benignos, es cierto que, en algunos casos, el quiste puede parecer un cáncer a pesar de que estos tumores sean sólidos. En la mayor parte de los casos, los diversos tipos de quistes son reconocibles mediante resonancia magnética o ecografía y no suele haber duda, por parte del médico especialista, a la hora de distinguirlos de un tumor maligno.

En algunos casos puntuales pueden recomendarte extirpar mediante cirugía el quiste para evaluarlo y, aunque esto te lleve a pensar automáticamente en cáncer, debes saber que:

- En edad fértil (20-40 años), menos del 1% de los quistes ováricos que se detectan se diagnostican como tumores malignos.

- Durante la menopausia (a partir de los 50 años) la mayoría de los quistes también son benignos. No obstante, es usual que se detecten tumores con aspecto semiquístico que requieren de mayor supervisión médica.

¿Qué riesgos conllevan los quistes de ovario?

En la mayoría de los casos, el quiste ovárico es un proceso benigno y presente en mujeres de todas las edades. Aun así es posible que tenga diferentes efectos en el organismo femenino.

- Infertilidad. Los quistes endometriósicos son los que pueden poner en riesgo la fertilidad de la mujer, ya que pueden crecer, multiplicarse y causar entonces molestias y dolor. En estos casos es importante la detección temprana para disminuir las consecuencias.

- Dolor. Generalmente esta pequeña masa no provoca síntoma alguno, así que suelen diagnosticarse con ecografías de control e incluso desaparece al poco tiempo, entre 1 y 3 meses.

¿Debo tratar los quistes?

Recuerda que ninguna página ni ningún artículo pueden aconsejarte mejor que los médicos sobre qué hacer en el caso de la detección de un quiste, por lo que te aconsejamos que acudas a tu ginecólogo y le consultes las opciones. Normalmente hay algunas señales que pueden ser pruebas de la necesidad de una intervención:

- En el caso de que provoquen muchas molestias, se suele optar por fármacos o, en casos en lo que la afección sea grave, por cirugía.

- Si no hay molestias, problemas con la fertilidad y no suponen riesgo de malignidad, no suelen tratarse. En los controles médicos se suelen supervisar para ver la evolución.

- Aunque no siempre es necesario, uno de los tratamientos más comunes es el de las pastillas anticonceptivas, ya que disminuye el tamaño y la multiplicación de los quistes.

 

Fuente: Enfemenino

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